domingo, 21 de abril de 2013

El dentista

Mi esposa fue a consulta para su chequeo rutinario con el dentista.
El doctor de siempre ya no estaba, en su remplazo se encontraba un joven dentista atractivo y muy amistoso, desde la primera vez que lo vimos se desarrollo una simpática amistad.


Ese día Julieta pregunto por un blanqueamiento dental, y dijo que regresaría para ello, llegando a casa me comento que le gusto el nuevo dentista, y que a su próxima consulta llevaría un escote especial, yo le dije q la acompañaría pero saldría de ratos para dejarlos solos.


Llego el día de la consulta y así sucedió, un escote descomunal hacia evidente las intenciones de Julieta, llevaba un abrigo encima de modo que no se veía el escote hasta que en el consultorio se lo quito, el doctor quedo evidentemente impresionado, cuando ella en acostó en la camilla, sus tetas casi se salían de la ropa, el doctor estaba vuelto loco, entre excitado, confundido y avergonzado.


Con algo de trabajo me iba conversando mientras realizaba su trabajo, conociendo la respuesta le pregunte si podía fumar, me dijo que allí no, así que les dije que volvía en un rato y los deje a solas.

Cuando regrese el doctor le estaba conversando a mi esposa acerca del tiempo en que vivió en Brasil, yo le hice algunas preguntas y algunos chistes, le pregunte si era casado y dijo que si, me contó que vivía hacia poco en este país y que su esposa era algo renuente a salir a conocer la ciudad, y por ese motivo el no conocía casi nada aquí.

Le dije que cuando quisiera los invitábamos a tomar unos tragos, me dijo que le encantaría  aunque seguro que su esposa no iría, le dije que no importaba, que los 3 la podríamos pasar muy bien.

Unos días después me llamo al numero que le di, me dijo que estaría libre el viernes por la noche para ir a tomar algo, quedamos en pasar por el consultorio a las 8pm, Julieta estaba hermosa, y se le veía en los ojos las ganas de comérselo.


Fuimos a un bar Irlandés  ordenamos unos tragos y conversamos, ya salia de rato en rato y los dejaba solos, cada vez que regresaba el me miraba como preguntándome .. ¿estas haciendo lo que creo que estas haciendo? yo con una sonrisa cómplice le decía... si, adelante.

Julieta fue un momento al baño y cuando regreso, antes de sentarse, acerco su silla hacia el, el me miro, yo sonreí y creo que en ese momento el entendió a lo que estábamos jugando...sin embargo la noche paso entre miradas descaradas de ambos, pero no se animaron a nada, decidimos que ya era hora de retirarnos, así que baje al primer nivel a pagar la cuenta.


Por una rendija del techo de madera pude ver como ella le tomaba la mano, el la tomo del cuello, la jalo hacia el y se besaron, yo me reí... pague la cuenta y subí.

Cuando llegue a ellos, el estaba rojo, ella sonreía  nos despedimos y cada quien se fue a su casa... pero esta historia con el dentista no termina aquí.

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